05.12.22
Espai LaGranja, centro de recursos y mediación para la danza y las artes del movimiento del Institut Valencià de Cultura – IVC, ha iniciado una nueva línea de trabajo para que los creadores valencianos puedan desarrollar sus proyectos fuera del ámbito autonómico.
Uno de los objetivos de Espai LaGranja es “poner en contacto a los artistas con estructuras nacionales que, trabajando con parámetros similares, puedan apoyarlos”, señala Guillermo Arazo, director del centro de creación. De la misma forma, y para enriquecer el tejido propio con las investigaciones y trabajos de otros creadores, el espacio acoge proyectos foráneos.
La primera de estas ‘residencias cruzadas’ entre Graner de Barcelona y Espai LaGranja es la de Magdalena Garzón. Esta artista dispondrá del espacio y los recursos de Espai LaGranja para continuar con su trabajo sobre un sistema de audio descripción para bailarines invidentes.
Garzón, que ha contado en Cataluña con la colaboración de diversos centros universitarios y asociaciones, estará en contacto con colectivos valencianos para seguir ampliando e implementando el dispositivo.
Su objetivo es “profundizar en las prácticas y metodologías de la co-audiodescripción en danza, incidiendo en el reto que supone y las cuestiones que surgen en torno al propio objeto de estudio”.
La coreógrafa balear ofrecerá hoy miércoles 30 de noviembre una práctica abierta junto al grupo de teatro de la ONCE de Valencia. A esta puesta en común están invitados diferentes agentes implicados en el desarrollo de la audiodescripción para personas con diversidad ocular, así como otros coreógrafos y compañías cercanas a la danza inclusiva y colaborativa.
Por otra parte, Néstor García que desarrolló entre mayo y julio pasados un ‘Laboratorio de creación’ sobre su proyecto Impostura en el EACC de Castelló gracias a la convocatoria trimestral de LaGranja, ha contado con una semana de residencia en Graner para ahondar en el proceso de trabajo Desktop Archives.
Se trata de una investigación sobre la reapropiación de materiales digitalizados a través del propio cuerpo, “somatizando datos y devolviéndonos al contexto analógico a través de la danza, la performance y la transmisión oral”.
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