26.10.20

Fechas espectáculo:
10.11.20 - 19.02.21

10 años en escena, y más si estamos hablando de la última década con sus avatares históricos de todo tipo, no son baladí, sobre todo en el sector de artes escénicas y en concreto de creación coreográfica. La Compañía Antonio Ruz no quiere dejar de celebrarlo y por ello, a pesar de la pandemia, no ha dejado de trabajar en los dos estrenos que tenía preparados y en un tercero que ha surgido en pleno confinamiento.

Los estrenos previstos son (aunque haya sido inevitable realizar algunos cambios de fechas y espacios): Gugurumbé, que se estrenó el 15 de julio en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada y tiene su próxima cita el 10 de noviembre en el Baluarte (Pamplona, venta de entradas aquí), y un ballet inédito de la época de las vanguardias que se podrá ver en 2021 en Madrid, Barcelona, Granada y otras ciudades de España.

El tercer estreno, surgido en estos meses de encierro, será Signos, una colaboración de Antonio Ruz y la violista Isabel Villanueva, que se estrenará el 19 de febrero en el Teatro Central de Sevilla. En estos días se está avanzando sobre esta nueva creación.

Por último, la Compañía está preparando un emotivo cierre de 2020 con un proyecto artístico de gran formato (alrededor de 20 bailarines) en un lugar emblemático de Madrid que se hará público en los próximos meses.

Gugurumbé el 10 de noviembre en Pamplona

Gugurumbé es la segunda y nueva colaboración de la Compañía Antonio Ruz con la Accademia del Piaccere y su director el violagambista Fahmi Alqhai. Esta es una pieza que aúna las danzas populares del Barroco hispano, las influencias de la música negra recibida a través de las colonias y el flamenco.

Además de la dirección musical y viola da gamba de Fahmi Alqhai y la dirección de escena y coreografía de Antonio Ruz, la propuesta cuenta con la cantaora Rocío Márquez, la soprano Nuria Rial, la bailaora Mónica Iglesias y la bailarina contemporánea Ellavled Alcano. 

La creación también celebra el V Centenario de la Vuelta al Mundo, y parte de la idea de que las danzas del Barroco hispano nacen de un cruce de influencias que están también en el germen del flamenco. El proyecto hace hincapié en el peso que en todo ello tuvieron los ritmos africanos, que llegaban a Europa desde América.

La recuperación de un ballet, inédito debido a la Guerra Civil

Por otro lado, la Compañía Antonio Ruz ha recibido un encargo que se ha tenido que posponer a 2021 por la pandemia: la recuperación de un ballet inédito, germinado en la época de las vanguardias, que no se pudo estrenar debido a los avatares históricos de ese momento (Guerra Civil y II Guerra Mundial), en un curioso paralelismo con lo que la realidad actual está provocando también en el sector de artes escénicas.

La propuesta se vincula con el espíritu de la Compañía de recuperación y revalorización de la historia escénica en un momento tan importante artísticamente como fue el periodo de las vanguardias y que además, al estilo Ruz, supuso una interacción de artistas y disciplinas.

Sobre la Compañía Antonio Ruz

Fue en 2009, fruto de una necesidad personal y artística, cuando Antonio Ruz (Premio Nacional de Danza 2018 en la categoría de creación y Premio Ojo Crítico de Danza 2013 de RTVE), crea en Madrid su propia compañía de danza con la que ha presentado sus trabajos en Europa, África y América del Sur. Estrena su primera propuesta en 2010 (No Drama, tras haber sido seleccionada por el Centro Danza Canal de Madrid en su 1º convocatoria de residencias). Al frente de esta agrupación, ha continuado el creador desarrollando su discurso de corte y resultado ecléctico y comenzó a impulsar, al mismo tiempo, la particular relación que mantiene con la música, a menudo en directo, siempre protagonista junto al movimiento, identidad del discurso de obras recientes.

La compañía tiene como objetivo la investigación y la búsqueda en el campo del movimiento, huir de etiquetas, encontrar su propia identidad con la mezcla de lenguajes y la colaboración con artistas de otras disciplinas como las artes plásticas o la música antigua y contemporánea para establecer un diálogo entre ellos. El equipo participa de forma activa en cada aspecto del proceso creativo dando al trabajo un enfoque de 360º: desde la luz a la escenografía o la coreografía. Desde una teatralidad abstracta, las cuestiones e inquietudes comunes sobre el cuerpo, su percepción y la ambigüedad son algunos de los conceptos tratados en sus trabajos. El grupo está formado por bailarines-coreógrafos con una importante experiencia profesional y un alto nivel técnico e interpretativo que aportan, sin duda, calidad y originalidad al resultado final de las propuestas.




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