08.11.19 Aunque mi vida ahora discurre por caminos lejanos a la danza, nuevamente veo en prensa una noticia relacionada con la danza que me hace pensar. Aída Gómez sugiere crear una nueva compañía con los bailarines de Ullate
Lo primero que me viene a la cabeza es lo restrictivo de la sugerencia. Habla de los bailarines de Ullate pero no dice nada del personal técnico que lleva muchos años apoyando con un trabajo impecable la “compañía de la Comunidad de Madrid”. Estos trabajadores también están en la calle y también llevan meses sin cobrar.
Este año no he sido invitado a la presentación del festival de danza de Madrid, así que no he podido escuchar directamente las afirmaciones de Aída Gómez, pero con lo que leo me surge dudas. ¿Cómo se evita que la nueva compañía acabe siendo una nueva compañía privada al servicio de su director y pagada por todos los madrileños?
Tenemos en mente las últimas direcciones de las compañías de danza nacionales, especialmente el BNE que bajo la dirección de Antonio Najarro ha programado casi exclusivamente coreografías del mismo Najarro y sus amigos. No he conseguido saber cuánto ha cobrado el señor Najarro en royalties a los españoles durante estos años porque siempre se me remite a la supuesta web de transparencia. Opaca donde las haya.
¿Quién elige el nuevo director (o directora)? ¿Qué pliego de condiciones deberá cumplir y quien redacta ese pliego? ¿Sería una compañía clásica, contemporánea, flamenca, de español, de break dance…? Surgen muchas dudas. Los españoles estamos acostumbrados a que las cuentas de la cultura sean un cachondeo. A que se repartan subvenciones sin más criterio que el amiguismo, y sin ningún seguimiento del cumplimiento de cláusulas, cuando las hay. Es lógico que ante cualquier nueva propuesta me ponga en guardia.
Lo fundamental
Para mí lo más importante es que los trabajadores, bailarines y técnicos, de la “compañía de la Comunidad de Madrid”, y lo entrecomillo a propósito, cobren sus sueldos pendientes y tengan las indemnizaciones a las que tengan derecho. Que, si efectivamente se crea una nueva compañía, estos trabajadores y bailarines tengan preferencia para ingresar en ella. Y que se investigue la gestión de la empresa de Víctor Ullate, tomando las medidas penales necesarias, si de dicha investigación resultaran necesarias, para recuperar el dinero invertido por los madrileños.
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