16.11.17 Carmena ha decidido “marcarse un Duato”… bueno, otro más.
El Centro Cultural Conde Duque es sin duda el vórtice de la cultura madrileña más activo, diverso e interesante. Y esto es gracias a una dirección eficaz e inteligente de Concha Hernández.
Carmena ha decidido cambiar los directores de algunos centros culturales porque sí. Si pensara bien diría que es para colocar a algunos amiguetes durante unos años ahora que cada vez está más claro que la pintoresca propuesta de Podemos no volverá a dirigir el ayuntamiento madrileño.
Y entre los centros elegidos está Conde Duque.
Es decir, va a hacer lo que en su día hizo el gobierno de Zapatero, refrendado posteriormente por el de Rajoy, cuando decidieron eliminar a Nacho Duato de la CND. Recordarán los más que la CND de Duato era una de las compañías punteras en todo el mundo y que los teatros hacían cola para programarla –aunque no programara danza clásica-. Y admitirán muchos que actualmente la CND es un remedo triste de lo que fue y no se sabe de ningún teatro del mundo que pierda el sueño por programarla –aunque programe danza clásica como hacen los rusos en la Gran Vía-.
Carmena va a hacer algo que ya hizo cuando eliminó a Juan Carlos Pérez de la Fuente de la dirección de los teatros del ayuntamiento con diversos resultados:
· Pérdida de espectadores en Matadero. Espectadores que habían sido fidelizados con el trabajo de años, y que ahora ya no pisan ni la cafetería de la Nave 11.
· Perdida del Festival Frinje, que ya estaba consolidado a nivel internacional, porque los nuevos directores de Matadero y el Español “no querían asumirlo”.
· Del Teatro Español qué decir que no sepamos. En general, presenta una triste programación centrada en causas que nada tienen que ver con la cultura.
· Por no hablar de la atípica situación del C.C. de la Villa – Teatro Fernán Gómez, que está funcionando gracias al buen hacer de los funcionarios que en el trabajan, pese a carecer de dirección.
Como digo, esta decisión de cambio de directores de centros culturales por otros con contratos que superan el tiempo que a Carmena le queda en el sillón, tiene toda la pinta de ser una colocación de amigos para un futuro que a Podemos se le anuncia oscuro.
Claro que los nuevos dirigentes que salgan de las urnas dentro de un año y medio, siempre podrán “marcarse un Pérez de la Fuente” ¿No?
Ya sé que me repito, pero yo reconozco avergonzado que voté a Carmena y por ello pido perdón. “Lo siento, me equivoqué y no volverá a pasar”.
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