28.01.16
Acabo de ver en una revista de danza el editorial “Yo quiero una casa de la danza en Madrid”.
Y yo vuelvo a pensar que esto es una movida de los “colocados de siempre” del PP que gracias a la llegada de nuevos aires a las instituciones madrileñas han sido sustituidos por útiles personas que saben de qué hablan y trabajan por la danza. Para ser justos, debo aclarar que en mi opinión, algunos de los peticionarios son gente de buena fe, que están siendo embaucados con palabrería edulcorada vacía de contenido.
Espero que el gobierno de la capital se dé cuenta de la maniobra y haga oídos sordos a esta propuesta de derechas casposas.
En Madrid la danza no necesita una casa. En Madrid lo que la danza necesita es que cada euro destinado a esta disciplina artística se destine a dar trabajo a los bailarines y compañías mediante la contratación de espectáculos en los escenarios de los centros culturales que dependen del consistorio.
Así se crea público, que es lo que la danza siempre ha necesitado. No un ghetto en el que parte del dinero destinado a la danza se diluya en vaya usted a saber que peregrinos proyectos que al final sólo benefician a los enchufados de siempre.
Y una vez que se haya creado un público fiel y cuando los bailarines puedan vivir de su trabajo, se podría considerar la creación de una casa de la danza, siempre y cuando fuera dirigida por personas honestas y dispuestas a luchar por la danza sin llevarse nada a cambio.
Claro que puedo estar equivocado y, como soy un demócrata de toda la vida, estaré encantado teniendo un encuentro con alguno de los responsables directos de esta petición, para ver si realmente el proyecto puede favorecer a los bailarines de Madrid, en cuyo caso publicaría las conclusiones.
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