19.12.15
Durante estos años, muchos fotógrafos hemos apoyado el trabajo de José Carlos Martínez en la CND sin esperar nada a cambio en la mayoría de los casos.
Cuando por fin la Compañía Nacional de Danza estrena un clásico, José Carlos Martínez ha tenido la desconsideración de ceder la exclusiva del estreno a un fotógrafo dejando fuera a los demás. No sé los motivos reales que han llevado a esta decisión, los que él me ha dado no se sostienen, pero no se corresponde con la elegancia que supuestamente acompaña al personaje.
Por este motivo, para que mi opinión no fuera considerada como un despecho, había decidido no escribir nada sobre esta producción.
He recibido llamadas y mensajes estos días preguntando por mi ausente crítica. Ayer una amiga me recordó que tengo justa fama de objetiva sinceridad y que al no dar mi opinión dejaba sin ella a los que me siguen, pocos o muchos, desde hace años. Casi llegó a acusarme de dejación de funciones. Así que lo he reconsiderado y...
¡Por fin puntas en la CND!
“Una ocasión histórica”. “Ya era hora”. “Por fin”. “Las puntas vuelven a la CND”...
He leído en estos días muchos comentarios y parabienes, pero pocas opiniones respetables.
Hay alguna excepción, como el que, fiel a su ética profesional, sigue dando su opinión, guste o no guste.
El Don Quijote de la CND que yo vi
El pasado miércoles en el Teatro de La Zarzuela yo vi un elenco de buenos bailarines, algunos excelentes, poniendo mucha ilusión y buenas maneras en un triste montaje que me recordaba los de esas compañías de zarzuela semiprofesionales que se abigarran para salir todos a escena.
Por supuesto Joaquín de Luz estuvo brillante, pero no es un bailarín de la CND, así que no debo sumar su intervención al haber de la compañía. El lunes ya no estará.
Me gustó Yae Gee Park, que mejora cada vez que la veo en escena y que, con los sueldos y condiciones que da el Ministerio a nuestros bailarines, no creo que dure mucho por aquí. Si no tiene ofertas, debería tenerlas en breve. La perfección, seguridad y fuerza de sus fuetes me impresionaron. Tal vez su origen oriental hizo que resultara un poco fría para el papel de Quiteria, pero su bonita sonrisa compensaba sobradamente este hecho.
Ni que decir tiene que coincido con muchos amigos en las siguientes consideraciones:
Jesús Florencio nos regaló un Sancho Panza para la historia.
Esteban Berlanga no durará mucho en la CND. Su magnífico trabajo en el papel de Espada nos deja ver que merece compañías de más prestigio.
Antonio De Rosa estuvo perfecto en su papel de Camacho, dando a su personaje una comicidad y amaneramiento cortesano en su punto justo.
Mayte Chico ha hecho un buen trabajo españolizando este Don Quijote ruso, aunque los bailarines clásicos resultaban fríos en sus evoluciones españolas. Seguramente por falta de ensayos.
Para mí tal vez lo mejor del espectáculo fueron los maravillosos diseños de vestuario, a cargo de Carmen Granell, y la iluminación, a cargo de Nicolás Fischtel.
Mi impresión general fue la de haber visto un espectáculo que sería más que aceptable si lo presentara una de esas compañías rusas de la Gran Vía, pero con graves fallos en la dirección escénica y una errónea adaptación de las coreografías al espacio disponible.
La escenografía, a cargo de Raúl García Guerrero -de quien no he conseguido encontrar referencias en Internet-, en general me pareció buena pero pobre para una compañía nacional. Seguramente por falta de presupuesto.
Tal vez se debería haber dejado bailar al elenco de la compañía sin traer estrellas de fuera, destinando más dinero a la producción.
Es como si se quisiera adornar el palo de una escoba con rutilantes luces para hacerlo pasar por un árbol navideño.
Misión cumplida
José Carlos Martínez ya ha cumplido su misión programando un clásico y el nuevo gobierno que salga de las urnas mañana debería considerar seriamente un cambio en la dirección de la CND.
No sería mala idea la vuelta de Nacho Duato, que llevó la CND a niveles de prestigio internacional que ya la compañía ni roza. Niveles que costará mucho recuperar y, si se logra, no será con este director. Ya sé que con Duato no habrá clásico, pero, visto lo visto, con los rusos de la Gran Vía tendríamos, más barato, lo que con el actual presupuesto puede hacer la CND.
Además me consta que Martínez tiene una interesante oferta de una compañía francesa (no parisina) que en mi humilde opinión debería aceptar.
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