03.09.15
En noviembre se cumplen tres años de una situación democráticamente anómala de la que somos víctimas mis compañeras de ETER y yo. (*)
En noviembre de 2012, Ana Cabo y Amado Giménez Precioso dieron en vetarme como informador cultural y desde esa fecha no he vuelto a ser convocado a ruedas de prensa, pases gráficos y, tal vez lo peor, no he vuelto a ser acreditado como crítico en los estrenos.
Esto como ya he dicho es una anomalía democrática, pero además es un perjuicio para los bailarines y compañías que, como sabe, trabajan a taquilla en los escenarios de la Comunidad. Menos visibilidad en los medios da como irreversible resultado menos taquilla.
Por otra parte nuestros medios dedicados a la danza, -portal, revista y boletín-, son seguidos también fuera de nuestras fronteras. Cercenando nuestra posibilidad de información se minoran las posibilidades de contratación internacional de nuestras compañías.
El cambio de gobierno que recientemente se ha producido en la comunidad había despertado expectativas, en mí, entre mis compañeras y en muchos bailarines, pero el tiempo nos está dejando ver que las cosas en la Comunidad han cambiado poco.
Ana Cabo
Aprovecho esta publicación para reiterar algo que está en la mente de muchos profesionales y aficionados a la danza residentes en Madrid, aunque sea yo el único que se atreve a decirlo.
Más de una década dejando la danza en manos de una persona que ha demostrado ampliamente su ineptitud en el cargo es un agravio que la clase política está infringiendo a profesionales y aficionados a esta disciplina.
Durante estos años la Sra. Cabo ha ido tejiendo unos círculos de poder en los que se ampara para seguir distribuyendo trabajos y premios a su antojo, -normalmente entre los bailarines y compañías que integran sus círculos de poder-.
Aunque nadie va a poner un “me gusta” cuando este artículo se publique en las redes y, seguramente, sí habrá comentarios en contra desde los integrantes de los círculos, créame si le digo que un cambio en la asesoría de danza de la Comunidad de Madrid sería muy bienvenido.
_
Doy por supuesto que el contenido de este artículo le va a llegar, ya que muchos sus colaboradores en el ámbito de cultura me conocen y me leen (algunos incluso me aprecian), así que doy por supuesto que si no hay cambios en la situación que denuncio al principio de este artículo será por falta de interés.
Quedo a su disposición
Emilio Tenorio
(*)
|
