12.06.13
La Compañía de Antonio Najarro, antes conocida como Ballet Nacional de España, ha estrenado “Sorolla” en las Naves del Español, en Matadero.
Es una pena que el dinero de los españoles, cada vez más escaso, se desperdicie en montajes de poco calado como este “Sorolla”.
He sido incapaz de encontrar en el programa la autoría que corresponde a cada coreografía, así que no podré atribuir mi opinión a ningún coreógrafo en particular.
Me han gustado algunas coreografías, sin que vayan a quedar imborrables en mi memoria por el pésimo montaje en el que han sido embutidas. La romería (Galicia), Los bolos (Guipúzcoa) y El baile (Sevilla).
Claramente prescindibles me han parecido Cosiendo la vela, Los toreros (Sevilla), El palmeral (Elche) y sobre todo Los nazarenos (Sevilla). Esta última es un compendio de lugares comunes en lo que a coreografía se refiere que roza el patetismo en la rueda de capirotes.
El problema mayor del espectáculo es el tratamiento general. El vestuario parece sacado de una gala televisiva, la iluminación “discotequera” no resulta nada folclórica, el vídeo de fondo es… no se como decirlo, pero los pétalos de rosa cibernéticos cayendo me van a perseguir en mis pesadillas durante una temporada.
Resumiendo. Yo diría que “Sorolla” se acerca más a un espectáculo de “Sábado noche” de José Luis Moreno, que a lo que yo espero de la compañía nacional creada para mantener viva nuestra cultura de danza y nuestras tradiciones folclóricas.
El elenco
Mención aparte voy a hacer del elenco.
Encuentro novedosa, y muy negativa, la mezcla de excelentes bailarines con otros que, sin ser malos, no tienen la categoría suficiente para bailar en un ballet nacional. Esto no había ocurrido antes o me había pasado desapercibido.
No voy a dar nombres. Cada uno sabe perfectamente a qué grupo pertenece y el motivo por el que está ahí.
Un dato que puede dar que pensar es que algún miembro de la compañía ha solicitado su baja voluntaria.
La música
Juanjo Colomer ha compuesto una excelente partitura que recomiendo escuchar con los ojos cerrados. El problema es que en algunos momentos es demasiado lineal y poco bailable y en otros momentos es ignorada por el coreógrafo de turno que, terne que terne, insiste en seguir un camino divergente.
La interpretación, enlatada, a cargo de la ORCAM y dirigida por Manuel Coves, sin ser yo un experto en la materia, me ha gustado.
Najarro
Najarro, en mi opinión, ha sido víctima del conocido principio de Peter (*).
Un excelente director, de su propia compañía privada, ha sido ascendido a su nivel de incompetencia y acabará con su merecido prestigio, y con el prestigio que el BNE tiene en todo el mundo, salvo que Miguel Ángel Recio, director del INAEM, cumpla su obligación y ponga remedio.
Aprecio a Najarro y creo que una retirada a tiempo puede hacer que su carrera retome el buen rumbo que tenía antes de entrar en el BNE.
Código de buenas prácticas
Y ya que hablo del INAEM, creo que este Instituto haría bien en incluir en su código de buenas prácticas la prohibición a sus directores artísticos de crear, y programar, coreografías para la compañía que dirigen. Evitaría tentaciones... insuperables, al parecer.
Nunca he visto en El Prado colgados cuadros de Miguel Zugaza, su director.
(*) Principio de Peter:
El principio de Peter, también conocido como el principio de incompetencia de Peter, está basado en el «estudio de las jerarquías en las organizaciones modernas», o lo que el catedrático de ciencias de la educación de la Universidad del Sur de California, Laurence J. Peter, denomina “hierachiology”. Afirma que las personas que realizan bien su trabajo son promocionadas a puestos de mayor responsabilidad, hasta que alcanzan su nivel de incompetencia.
Este principio, formulado por Peter en su libro -The Peter Principle-, de 1969, afirma que “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”.
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